San Chárbel, nuestro querido santa, no solo eres Santa Annaya, sino el santo de cada corazón que pide tu intercesión y responde a su petición.
El 8 de mayo de 2020, por cierto, día en que nació San Chárbel, escribí sobre mi testimonio y agradecerle por una bendición especial que me ha otorgado después de que me dirigí a usted y deposité mi solicitud, pero no la devolvió.
Una bendita noche, un amigo me invitó a acompañarlo a Annaya para rezarle a Dios y le pedimos a San Chárbel Majluf, que interviniera para resolver un problema fundamental que muchos sufren en la actualidad, el cual es la pérdida de trabajo por razones que escapan a nuestro control, de las presiones y tensiones posteriores que esperan una compensación justa y de encontrar un nuevo trabajo...
El reloj era alrededor de la medianoche; Susurró nuestros corazones: escuchó... Confiamos en que Dios nos respondería...
La tranquilidad prevaleció, a veces el crujido entre los árboles o el susurro de nuestros corazones cansados de las preocupaciones de la vida.
Pedimos la intercesión de San Chárbel para que no se permitiera que el mal triunfara en nuestras vidas, oramos por la intención de nuestros viejos colegas en el trabajo y por la próxima etapa desconocida que nos espera.
Una inundación de paz interior llenó nuestras profundidades de mi amigo y yo, una sonrisa brillante se dibujó en nuestras mejillas, regresamos a casa llenos de esperanza y esperanza ...
Y la buena noticia fue: ¡una llamada que transforma la imagen!
La semana siguiente, mi amigo recibió una llamada que le trajo buenas noticias, él volvía a trabajar en el campo que el ama. En cuanto a mí, continué buscando una nueva fuente de sustento, un trabajo que se adaptara a mi ambición e imitara mis sueños.
Tres meses después, experimenté una prueba dolorosa: entré en un túnel oscuro después de trabajar brevemente en un lugar diferente a mí, ya sea en términos de objetivos o tratos o el daño al que estuve expuesto, y mucho menos fue la dimensión total de la transparencia. Me entristeció profundamente que quería dejar este trabajo con fuerza, recé constantemente por la intención de que Dios me sacara de este pantano contaminado.
En los momentos más difíciles, el Señor interviene en el momento apropiado y no deja que sus hijos descansen bajo sus pesados pesos ... y la buena noticia fue: ¡una llamada que cambio la imagen, una nueva acción que aparece y un nuevo camino con el Señor!
Hoy estoy escribiendo mi testimonio a San Chárbel, quien no estaba satisfecho de haber escuchado la voz de mi súplica, sino que me dijo: ¡Bendeciré tu pluma para dar testimonio de la resurrección de Cristo!
¡Qué felicidad tengo, super encantada me siento cuando escribo sobre los santos, sus virtudes, las experiencias fieles de los fieles con ellos, la curación física y espiritual! ¡Las bendiciones de mi vida fueron merecidamente merecidas!
Aquí estoy cantando con el dueño del salmo: “El Señor escuchó mi súplica. ¡El Señor acepta mis oraciones! (Sal. 39: 12), agradezco a Dios que me guió en la procesión de su victoria, haciendo eco con San Pablo: “Tan tristes y siempre felices, pobres y cantamos muchos, como si no tuviéramos nada y lo poseemos todo” (2 Cor 6, 10).
Gita Maroun / escritora y reportera de Aleteia, Mariam TV Lebanon.
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